Vamos…
La Gran Tortuga A’Tuin se acerca, nadando lentamente por el golfo interestelar, con los pesados miembros llenos de hidrógeno congelado, la enorme y viejísima concha llena de cráteres de meteoros. Con unos ojos del tamaño de mares, encostrados de lágrimas reumáticas y polvo de asteroides, Él contempla fijamente el Destino.
En una mente más grande que una ciudad, con lentitud geológica, Él piensa sólo en el Peso.
Por supuesto, la mayor parte del peso se debe a Berilia, Tubul, Gran T’Phon y Jerakeen, los cuatro elefantes gigantes sobre cuyos lomos y amplios hombros bronceados por las estrellas descansa el disco del mundo, enguirnaldado por una enorme catarata a lo largo de toda su circunferencia, y cubierto por la bóveda azul
pálido del cielo.
Hasta ahora, la astropsicología no ha sido capaz de averiguar en qué van pensando.
-Agradecimientos eternos a Fin por el escaneado y por compartirlo con todos nosotros. Thanks!!-