En momentos de necesidad y desesperación, a menudo se escuchan las palabras “Oh, cómo deseo un milagro” o “Solo un milagro podría salvarnos”. La gente suele acudir a Dios cuando se les acaban las opciones. Pero una intervención divina no llevaría el nombre de milagro si fuera un fenómeno común, ¿o sí? Las probabilidades de que un simple mortal sea atendido por los dioses y ayudado son inexistentes. Esto hace que muchas personas permanezcan indiferentes hacia la fe y la religión. Sin embargo, los cuentos antiguos hablan de una magia tan poderosa que puede torcer la realidad. Los usuarios más capaces del tejido arcano, saben con certeza que esto es posible. Un viejo y sabio mago dijo una vez: “Usamos la magia no para arreglar el mundo, sino para doblar su percepción a nuestra voluntad”.
-Muchísimas gracias a LeirA por traducir, maquetar y compartir esta gran aventura con todos nosotros. Y gracias también a Fenrir por dármela a conocer. Eskerrik asko!-