Macallé se acercó al abrevadero para sacar agua, como siempre, al atardecer. Introdujo el saco de cuero sin darse cuenta de que era observado desde la profundidad del pozo. Sonido de arcilla, tripa y agua, y de rozar madera contra madera. El recipiente quedó atascado y Macallé se acercó aún más a la boca del pozo para mirar en su oscuro interior cómo la luz del atardecer producía los últimos destellos en la superficie cristalina del agua. Ya era tarde... Los brillos y colores le atontaron, y perdió el poco tiempo que le quedaba; no era agua lo que brillaba, sino un ojo translúcido e inquietante que ocultaba un iris deforme que lo ocupaba todo.
"De las entrañas de la tierra se levantó para devorar el cuerpo escuálido del joven pastor de cabras".
-Agradecimientos eternos a Jack Atlas por escanear y compartir este módulo. Thanks a lot!-
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