¡Fuera, viejo Tumulario! ¡Desaparece a la luz! ¡Encógete como la niebla fría, llora como el viento en las tierras estériles, más allá de los montes! ¡No regreses aquí! ¡Deja vacío el túmulo! Perdidou olvidado, más negro que las tinieblas, quédate donde las puertas están cerradas para siempre, hasta los tiempos de un mundo mejor.
A estas palabras respondió un grito y una parte del extremo de la cámara se derrumbó con estrépito. Luego se oyó un largo chillido arrastrado que se perdió en una distancia inimaginable, y en seguida silencio.
J.R.R. Tolkien, La Comunidad del Anillo.
-Un millón de agradecimientos a Vecino398, de La Compañía, por escanear y compartir este magnífico tesoro con todos nosotros. Domo arigato!-
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