jueves, 23 de enero de 2020

Attack of the 50´ Mutant Robot from Mars


El futuro, una vez más, parece brillante, una vez que superamos todos los oscuros sucesos que ocurrieron.
 

El mundo entró en el nuevo siglo del 2000 con un sentimiento de esperanza y asombro. Sin embargo, a medida que la primera década se abrió a la humanidad, nos sorprendieron eventos como el 11 de septiembre que obligó a Estados Unidos a declarar una guerra contra el terrorismo, los atentados con bomba del autobús 7/7 en Londres que vieron cientos de viajeros heridos o muertos, y los atentados extremistas en Mumbai, India. Fue una época en la que los enemigos de las grandes naciones se escondían detrás de la máscara de la conformidad, conspirando desde lugares secretos para traer horror al mundo.
 

Estos enemigos ocultos vieron a los enemigos más antiguos y establecidos alzar la cabeza de manera imprevista. Con la economía estadounidense en recesión a finales de 2012, el único negocio en auge fue el tráfico de drogas y la comunidad ilegal que lo apoyó: robo, armas ilegales y prostitución. El dinero fluyó hacia los narcotraficantes colombianos y las autoridades querían asegurar el dinero ilegal para ayudar a apuntalar las arcas secas del banco estadounidense. Redada tras redada se promulgó en los próximos años. Finalmente, los carteles, con el respaldo de armas compradas a bajo precio de China, enviaron grandes pandillas, prácticamente ejércitos, de unidades fuertemente armadas a la patria estadounidense. Sus objetivos eran cualquier cosa oficial, comisarías, oficinas de la autoridad de tránsito, cualquier cosa que pudiera causar problemas de tráfico de drogas y ayudar a las autoridades.
 

Estados Unidos se vio obligado a declarar la ley marcial. Los dedos apuntaban a China a nivel mundial, pero se había preparado bien, y en 2017 los anexaron naciones fronterizas que podrían ofrecer poca resistencia: Mongolia, etc., etc.

La comunidad europea, incluida una Rusia no comunista, al ver una repetición del régimen de Hitler hace casi setenta años, movilizó sus fuerzas para una ofensiva que creían que era inminente y mortal. Los sables se sacudieron y las amenazas se nivelaron hasta que, en un clímax de agitación política, Rusia lanzó cinco misiles nucleares contra China el 17 de agosto de 2019. Dirigidos hacia los centros urbanos de Beijing, Shanghai, Guangzhou, Shenzhen y Hong Kong, los misiles anunciaron una nueva era en más de un sentido, porque nunca llegaron a sus destinos.
 
Los chinos habían desarrollado una nueva arma, un rayo electromagnético cohesivo que destruía los circuitos de la mayoría de la aviónica moderna (así como una variedad de otros objetos). Los misiles rusos simplemente se cayeron del aire. En respuesta, las hordas chinas explotaron a través de sus fronteras, sus soldados con el emblema del dragón de los nuevos regímenes, su signo de una guerra justa. La guerra chino-europea acababa de comenzar.


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